martes, 29 de abril de 2014

Decálogo de la crianza responsable

Una parte muy importante del desarrollo infantil pasa por las reglas para convivir que los padres deben enseñar a sus hijos. Los normas básicas coinciden en brindar a los menores un ambiente seguro y afectuoso en el que desarrollen su autoestima y aprendan a relacionarse con los demás de forma saludable.
  
El Colegio Real de Psiquiatras de Reino Unido publica en su sitio web documentos informativos dirigidos a padres, profesores y cuidadores bajo el título 'Salud mental y crecimiento'. Estas recomendaciones ponen el acento en la importancia de desarrollar habilidades para la crianza desde los primeros años de vida de los menores.     
 
Los especialistas británicos apuntan que las reglas son una parte importante del día a día que hacen posible la convivencia entre las personas. "Si el niño no aprende cómo debe comportarse, le será difícil relacionarse con otros niños y con los adultos. Los niños encontrarán difícil aprender en la escuela, se comportarán mal y probablemente sean infelices y se frustren", explican en la web.
 
 
DECÁLOGO DE LA CRIANZA RESPONSABLE


  
La clave está en descubrir estrategias que funcionen bien tanto para los padres como para los hijos y para facilitar este cometido fundamental, los psiquiatras británicos aportan algunas ideas:


1. Ser claro y constante: si no nos atenemos a las reglas, nuestros hijos aprenderán que si las ignoran probablemente terminaremos por claudicar. La experiencia personal sobre la infancia es muy importante. Incluso si deseamos hacer las cosas de forma diferente a lo que vivimos de niños, podemos encontrarnos haciendo lo mismo con nuestros niños o incluso todo lo contrario. Es útil tener como objetivo ser tan claro y coherente como sea posible.


2. Utilizar los elogios: haremos saber a sus hijos cuándo hacen algo bien y cuándo nos sentimos felices con ellos. Podemos, por ejemplo, darles un abrazo, un beso y decirles lo maravillosos que son. Esto es importante hacerlo de inmediato tras la acción a elogiar.


3. Planificar por anticipado: esto ayuda si nosotros y nuestros hijos conocemos las reglas para situaciones particulares antes de que sucedan, es decir, no hay que crear estas reglas sobre la marcha. Por ejemplo, establecer una hora fija para ir a la cama.

4. Implicar al niño: hay que sentarse con ellos y hablar sobre la buena conducta. Nos sorprenderá descubrir que existen más coincidencias que diferencias en este sentido.


5. Mantener la calma: esto puede ser difícil en el calor del momento pero ayuda. Hay que estar calmado y ser claro en las directrices como "por favor apaga la televisión" o "es hora de ir a dormir".


6. Ser claros: decirle al pequeño 'sé bueno' no basta, hay que decirle exactamente lo que se espera que haga, si el niño no puede entendernos difícilmente obedecerá. Es conveniente ser breves y simples con indicaciones del tipo "por favor, guarda tus juguetes".


7. Ser realistas: no lo somos si prometemos una recompensa extraordinaria o amenazamos con un castigo horrible cuando no vamos a llevarlos a cabo. Es mucho mejor ofrecer pequeños premios en vez de castigos. Por ejemplo, "cuando hayas ordenado tu habitación, puedes tomarte un helado". No debemos esperar milagros, si el niño ordena sólo parte de la habitación lo elogiaremos por haber empezado la tarea.


8. Dar importancia a nuestra relación con ellos: cuando existen dificultades es fácil olvidar que también existen los buenos momentos compartidos. Todo el mundo puede acabar sintiéndose enfadado y disgustado. Por eso necesita planear buenos momentos en común. Podemos jugar a algo, leer o cocinar con nuestros hijos durante al menos 10 minutos al día.


9. Mostrar un frente común: si los padres discrepan sobre las reglas y lo que esperan de sus hijos, éstos podrían sentirse confundidos porque no saben qué se espera de ellos. Pueden descubrir que si preguntan por separado a cada padre obtendrán una respuesta distinta. Por ello, si los padres están juntos o si viven por separado es importante, hasta donde sea posible, que todo aquel que cuide de los niños esté de acuerdo en los aspectos más importantes y en las conductas que quieren fomentar en los menores.


10. Fomentar las conductas positivas: la crianza puede ser un trabajo difícil, tanto emocional como físicamente. Es fácil dejar las cosas pasar si está estresado, deprimido, cansado, muy ocupado o no tiene quien le ayude a cuidar de los niños. Sin estímulos y expectativas consistentes, los niños pueden desarrollar malos hábitos en su conducta.


Los especialistas británicos apuntan que ante la existencia de problemas en la crianza es bueno hablar con otros padres o amigos, los profesores del niño e incluso su pediatra. "Cambiar la conducta de un niño puede ser algo lento y difícil pero se puede conseguir", añaden.


Si el problema de comportamiento es grave, el pediatra puede aconsejar la participación de algún especialista en el ámbito de la salud mental en niños y adolescentes que puede ayudara descubrir qué está causando el problema y sugerir métodos prácticos que ayuden a superar la situación, concluyen los psiquiatras.


Fuente: Revista Ser padres hoy.

lunes, 24 de marzo de 2014

lunes, 10 de marzo de 2014

LA FAMILIA PROMOVIENDO LA LECTURA

“Los padres no hacen de maestro; hacen estrictamente de padres, es decir, incorporan a los hijos a sus prácticas, les muestran con su conducta su afecto y sus valores, les introducen en sus aficiones.”
“Junto con la escuela, el núcleo familiar es el principal agente mediador entre la infancia y los libros.”
“No se trata de ‘perseguirles’ con la lectura, ni de establecer horarios rígidos. Se trata más bien de invitar, de seducir, de ayudarles a disfrutar el placer de leer.”

Decálogo para padres

Diez principios imprescindibles para crear buenos lectores.

1. Dar ejemplo.
Las personas adultas somos un modelo de lectura para los niños. Leamos delante de ellos, disfrutemos leyendo.
2. Escuchar
En las preguntas de los niños está el camino para seguir aprendiendo. Estemos pendientes de sus dudas.
3. Compartir
El placer de la lectura se contagia leyendo juntos. Leamos cuentos, contemos cuentos.
4. Proponer, no imponer
Es mejor sugerir que imponer. Evitemos tratar la lectura como una obligación.
5. Acompañar.
El apoyo de la familia es necesario en todas las edades. No los dejemos solos cuando aparentemente saben leer.
6. Ser constantes
Todos los días hay que reservar un tiempo para leer. Busquemos momentos relajados, con buena disposición para la lectura.
7. Respetar
Los lectores tienen derecho a elegir. Estemos pendientes de sus gustos y de cómo evolucionan.
8. Pedir consejo
El colegio, las bibliotecas, las librerías y sus especialistas serán excelentes aliados. Hagámosles una visita.
9. Estimular, alentar
Cualquier situación puede proporcionarnos motivos para llegar a los libros. Dejemos siempre libros apetecibles al alcance de los niños.
10. Organizarse
La desorganización puede estar reñida con la lectura. Ayudémosles a organizarse: su tiempo, su biblioteca…


lunes, 17 de febrero de 2014

No al castigo físico, sí a los límites y el respeto.


En esta ocasión os motramos un vídeo de la psicóloga Mª Luisa Ferrerós sobre los límites y el respeto.
Esperamos que estos consejos os sean de utilidad.

lunes, 10 de febrero de 2014

¿Cómo crear hijos felices y responsables?


Cuando los padres de familia inician la aventura de su paternidad, tienen en mente criar hijos obedientes, ordenados, constantes, responsables y felices. La mayoría de las veces, sueñan con formar profesionales de bien y personas íntegras. Sin embargo, al iniciar el camino por la niñez y, más adelante, por la adolescencia se dan cuenta de que no es tan fácil como parece.
El fomentar valores y virtudes en los hijos que los hagan personas de bien y felices es un camino que debe iniciarse desde los primeros años de vida.
Para que los niños logren alcanzar sus metas, sean exitosos y encuentren la felicidad, es necesario educarles la voluntad.

¿Cómo educar la voluntad?
De 1 a los 3 años de edad es la etapa ideal para formar la virtud del orden; de los 3 a los 6 años, la obediencia; de los 6 a los 9 la generosidad; de los 8 a los 12, la laboriosidad; de los 12 a los 15, la solidaridad; y de los 14 a los 18, la lealtad.
El aprovechar estos períodos sensitivos facilita la formación de virtudes y hábitos en la vida de los hijos. El orden puede iniciarse desde el primer año de edad, permitiendo al niño ayudar a guardar sus juguetes. La obediencia debe reforzarse a través de una comunicación eficaz que permita a los niños entender las conductas concretas que se esperan de ellos y poniéndoles las reglas claras para que ellos puedan obedecerlas.
La generosidad se enseña dándoles la oportunidad de ayudar a quienes les rodean. La laboriosidad pueden aprenderla a través del trabajo escolar o de responsabilidades en casa y recibir alguna remuneración por llevarlas a cabo. Entre los 12 y los 15 años es el período sensitivo de la solidaridad y ésta se logra por medio de situaciones sociales en las que enseñamos a los jóvenes a ponerse en los zapatos de los demás. Por último, la lealtad se logra a través del desarrollo de amistades sinceras y duraderas.
Lo importante es facilitarles situaciones y experiencias que les permitan desarrollar estos hábitos y virtudes, de preferencia durante la edad pertinente, para que éstas sean internalizadas.
El aprovechar los períodos sensitivos permite que el niño aprenda eficazmente ciertos hábitos y virtudes por la etapa en la que se encuentra en su desarrollo. Sin embargo, luego de poner en práctica una educación temprana, es necesario crear sinergía positiva en los hijos.
Por medio de la sinergía positiva se logra hacerle ver a los hijos sus errores, pero el énfasis se hace en la conducta deseada; de esta forma los niños la reforzarán, pues se muestran motivados y no se ve comprometida su autoestima.
La comunicación eficaz es otro ingrediente básico para lograr desarrollar la voluntad en los hijos. Para que el cerebro trabaje con eficacia deben darse tres premisas:
  1. Que reciba la información necesaria: si se desea promover una mejora personal en un hijo, debe comunicarle lo que se espera de él, dándole la información necesaria para que promueva un estímulo positivo en su próxima actuación.
  2. Que la reciba en condiciones adecuadas para su correcta asimilación: la alegría, la tranquilidad, la confianza, la delicadeza y el cariño son condiciones que favorecen la llegada de la información al cerebro para ser procesada.
  3. Que la procese correctamente, en la misma línea de los objetivos que se quieren obtener: para lograr cambios en la conducta de los hijos, es necesario no solo que la información sea procesada sino que estén adecuadamente motivados para que quieran hacer suya la información recibida y actúen.
 Para educar la voluntad también es necesario que los padres sean ejemplo. Ser ejemplo implica no solo tratar de hacer lo correcto, sino que, al momento de cometer errores, también tener la humildad de aceptarlos e intentar rectificarlos. Es involucrarse en los mismos objetivos que se les exigen a los hijos, al dar el ejemplo se debe ser coherente, no podemos pedir a los hijos que intenten hacer lo que los padres no hacen.
Se debe luchar juntos por mejorar y ayudarse unos a otros. Comprometerse como familia con objetivos comunes, para así apoyarse mutuamente y buscar siempre el ser mejores personas.
Por último, la educación de la voluntad es personalizada, no se puede pretender que todos los hijos sean iguales o aprendan de la misma forma. Estas recomendaciones deben adecuarse a la individualidad de cada hijo y por medio del respeto y el amor incondicional que se les tiene, intentar educar la voluntad para que en la vida logren desarrollar las herramientas, virtudes y hábitos necesarios para encontrar el éxito y la felicidad.

Sofía Quesada.
Licenciada en psicología educativa.
http://www.iniciativat.com/component/content/article/54-familia/1226-como-criar-hijos-felices-y-responsables-parte-1.html

domingo, 26 de enero de 2014

Escuela de padres: prevención de adicciones.

La Unidad de Prevención Comunitaria organiza una Escuela de Padres con el fin de ofrecer  pautas de actuación adecuadas para manejar situaciones de riesgo relacionadas con consumos iniciales y /o prevenir las adicciones en general. 
La escuela consta de tres sesiones de 90 minutos, programadas de forma semanal, los días 6, 13 y 20 de febrero a las 19:00 de la tarde,  en la sede de la Asociación Comarcal de Ayuda al Drogodependiente de Orihuela.

miércoles, 15 de enero de 2014

Curso: Principios que ayudan a crecer en el amor.

Desde la Comisión de Familias del Colegio Diocesano Oratorio Festivo de San Miguel, os informamos e invitamos a participar en este curso de formación para matrimonios y parejas. Está organizado por el Instituto Familia y Educación.


En el siguiente enlace tenéis toda la información.


http://www.familiayeducacion.es/curso-para-parejas-y-matrimonios-principios-que-ayudan-a-crecer-en-el-amor/

lunes, 16 de diciembre de 2013

Decálogo para formar un delincuente.


El popular juez de menores de Granada, Emilio Calatayud, conocido por sus sentencias educativas y orientadoras, ha publicado un libro “Reflexiones de un juez de menores” (editorial Dauro), en el que inserta un “Decálogo para formar un delincuente”. Es muy interesante, y dice así:

1.    Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

2.    No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.

3.    Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.

4.    No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.

5.    Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.

6.    Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.

7.    Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizás por su propia conducta, quede destrozada para siempre.

8.    Déle todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.

9.    Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirles frustraciones.

10. Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.

lunes, 2 de diciembre de 2013

La educación en valores empieza en casa.

La educación en valores de los niños es realmente importante, pues les permitirá adaptarse a los ambientes, convivir correctamente con las demás personas, solucionar conflictos con mayor facilidad, en general sentirse bien con ellos mismos.

Muchos valores deben ser infundidos en ellos, por ejemplo, la comprensión, la amistad, la solidaridad, la paciencia, y el respeto son algunos de los que no pueden faltar.

Es importante que los niños conozcan estos valores para que así mismo puedan respetar a los demás y llevar una vida completamente sana, donde él también sea respetado por los demás.

Los padres deben tener claro que el lugar donde deben aprender los valores es en casa, si bien cuando estén en el colegio esos valores van a ser reforzados, es deber de la familia que ellos los conozcan y sobre todo que los practiquen.

La manera adecuada de educar a los niños en valores es por medio del ejemplo, así que los padres además de enseñárselos con palabras deben actuar consecutivamente con eso que les están enseñando.

Además esto debe ser un aprendizaje continuo, los valores se arraigan con el tiempo, así que no se trata de solo darles una clase un día diciéndoles qué son los valores, cuáles son y para qué les servirán en la vida.

Por el contrario, es un aprendizaje de todos los días y el cual debe ser practicado con las respuestas y actitudes que tengan frente a diferentes situaciones que se les presenten.

 
Artículo de la web Educapeques.

http://www.educapeques.com/escuela-de-padres/educacion-en-valores-en-los-ninos-y-ninas.html

lunes, 25 de noviembre de 2013

Lomce: la claves de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa


La Lomce, también conocida como Ley Wert, es la séptima reforma educativa de la democracia. Estos son los principales cambios que plantea respecto a la ley anterior, la LOE (Ley Orgánica de Educación).

Evaluaciones externas

Hay pruebas de capacitación al final de cada etapa educativa: Primaria, ESO y Bachillerato o FP.

En Primaria, el examen servirá para orientar sobre el nivel de conocimientos del niño. En 3º de Primaria se hace otro examen para la detección precoz de problemas de aprendizaje en los niños.

 En la ESO y en Bachillerato, estas pruebas externas son reválidas, es decir, es necesario aprobar el examen externo de la ESO a los 16 años para obtener el título de enseñanza obligatoria y es necesario aprobar el examen de Bachillerato para poder obtener el título y acceder a la Universidad. Si se suspende el examen de Bachillerato, se puede pasar a la Formación Profesional de grado superior.

La anterior ley educativa prohibía elaborar rankings con esas evaluaciones por considerar que perjudicaba al conjunto de los centros, al “tirar” de algunos hacia arriba y hundir a otros.

 Contenidos comunes

El Gobierno central fija hasta el 65% de los contenidos de las enseñanzas mínimas en las comunidades con lengua cooficial y el 75% de los contenidos en las demás comunidades autónomas.

Las asignaturas se dividen en tres bloques: asignaturas troncales (el Ministerio fija los contenidos); asignaturas específicas (el Ministerio fija los objetivos y criterios de evaluación y las comunidades autónomas el temario concreto) y asignaturas de libre configuración autonómica, en las que las autonomías fijan objetivos, criterios de evaluación y temario.

En Educación Primaria hay seis cursos. Los alumnos deben cursar las siguientes áreas del bloque de asignaturas troncales en todos los cursos: Ciencias de la Naturaleza; Ciencias Sociales; Lengua Castellana y Literatura; Matemáticas y Primera Lengua Extranjera.

En cuanto a las asignaturas específicas, los alumnos de Primaria tendrán que cursar Educación Física y Religión o Valores Sociales y Cívicos y, en función de la oferta de su colegio, al menos una de las siguientes áreas: Educación Artística o Segunda Lengua Extranjera.

Lengua Cooficial y Literatura estarán en el bloque de asignaturas de libre configuración autonómica en aquellas Comunidades Autónomas que posean lengua cooficial.

 

Religión y Valores Sociales y Cívicos

Tanto la asignatura de religión como su alternativa son evaluables y la nota cuenta para la media del curso a la hora de solicitar una beca o en los resultados de las pruebas externas de evaluación.

 Itinerarios

Los itinerarios se adelantan: en 3º de la ESO, a los 14 años, los niños empezarán a orientarse hacia Bachillerato o formación profesional a través de algunas asignaturas optativas y eligen entre dos niveles distintos de matemáticas. Y en 2º de ESO, los alumnos que hayan repetido dos veces podrán pasar a la nueva FP Básica.

En 4º de la ESO los alumnos se dividen entre los que van a estudiar bachillerato o FP. Y quedan establecidos tres Bachilleratos: Ciencias, Artes, y Humanidades y Ciencias Sociales.

 Repetir curso

En Primaria, después del examen de 3º, el alumno podrá repetir como medida excepcional. Los alumnos de Secundaria repiten curso si suspenden tres o más asignaturas o dos, si estas son Lengua Castellana y Literatura y Matemáticas. Se podrá repetir el mismo curso una sola vez y dos veces como máximo dentro de la etapa.

Lengua Castellana, lenguas cooficiales

El castellano es lengua vehicular de la enseñanza en todo el Estado y las lenguas cooficiales lo son también en sus respectivas Comunidades Autónomas. Al finalizar la educación básica, todos los alumnos deberán ser capaces de comprender y expresarse en lengua castellana y en la cooficial. Las administraciones educativas garantizarán el derecho de los alumnos a recibir las enseñanzas en castellano. Si un alumno quiere estudiar en castellano y no existe la posibilidad de hacerlo en un colegio público o concertado, el Estado adelantará el coste de escolarizar al niño en un colegio privado y luego detraerá esa cantidad a la comunidad autónoma.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Diez consejos para ser un buen padre.

Para ser un buen padre es necesario que transmitas alegría a tu hijo en la convivencia diaria. Ofrecer el mensaje de que lo quieres y disfrutas cuando estás junto a él.

1. Pasar tiempo con los hijos
Las horas de comidas, cuando preparan la mochila para el cole, mientras juegan, cuando escuchamos música... Sencillamente, hay que encontrar tiempo para estar con ellos. Aunque tengamos muchas obligaciones y estas sean muy absorbentes y agobiantes, estar presentes en la vida de los chicos es prioritario.
La personalidad de los hijos se desarrolla a partir de la relación con los padres, de lo que reciben de ellos y de lo que aprenden a su lado. Por eso cuando estamos con los niños, debemos estar entregados en cuerpo y alma, con ganas, no leyendo el periódico, hablando por teléfono o pensando en nuestras cosas.

2. Querer y respetar a la madre
Si el padre no tiene relación amorosa con la madre de sus hijos, que al menos tenga relación amistosa. El buen trato entre los padres es indispensable porque muestra los sentimientos que existen entre ellos. Aunque las cosas no vayan del todo bien en la pareja o ex pareja, en la relación entre los padres tiene que reinar el respeto. Hay que hablar del otro y con el otro con aprecio, aún en las discusiones y cuidar todas las facetas de la relación: amistad, compromiso, comunicación, resolución de conflictos, corresponsabilidad o negociación. Si esto no se logra, lo mejor es buscar ayuda. La relación entre los padres crea una atmósfera en la que el niño crece y va formando su identidad. No es lo mismo que haya confianza y armonía entre los padres a que papá y mamá se contradigan y descalifiquen entre sí.

3. Ser un buen ejemplo
Los padres son sus modelos, los chicos copian de ellos modos de ser, de afrontar y resolver, de relacionarse con las cosas, con los demás y consigo mismos. Así, muchas veces nos muestran nuestros propios defectos. Si al verlos, en lugar de enfadarnos, intentamos corregirnos y educar con el ejemplo, les enseñaremos a corregirse y mejoraremos nosotros también. Saberse un modelo y tratar de estar a la altura en la que nos ponen los hijos es muy educativo para todos.

4. Estar a las duras y a las maduras

Los niños necesitan a su papá y a su mamá en todo momento y para muchísimas cosas. Lo necesitan para que les arrope, les ayude a trepar más alto, a dejar los pañales o a hacer los deberes.
Un padre ayuda a crecer. Por eso es necesario que papá y mamá digan tanto «sí» como «no», él tiene que saber conjugar mimos y límites. A veces, los padres, conscientes de que pasan poco tiempo con los hijos, priorizan una faceta y se convierten en padres que solo juegan o miman y desatienden los conflictos o, por el contrario, en padres ogros que solo saben reprender como si vivieran enfadados. O se interesan nada más por algunas de las actividades del hijo y desatienden las otras: no se pierden ni un partido de fútbol del niño pero no se enteran de cómo le va en la escuela o con los amigos.

5. Regalar alegría
Una infancia feliz es casi una garantía de una vida feliz, por lo menos favorece que en el futuro el niño tenga integridad emocional y buena salud mental. Llegar a casa con chuches, planificar una excursión en familia, hacerles chistes para reírnos con ellos, jugar al escondite, contarles historias... este tipo de alegrías los chicos las reciben como algo más que un gesto, para ellos representan «lo bueno de la vida». Y estas cosas buenas son las que les fortalecen, les hacen más valientes y les dan armas para afrontar las dificultades propias del crecimiento o las circunstancias adversas. Tener una bicicleta o un patinete es estupendo, pero reírse con papá y mamá es necesario. Darles alegría no consiste en comprarles juguetes, sino en transmitirles, a través de la convivencia, el mensaje de que sus padres les quieren y disfrutan con ellos.

6. Darles prioridad
Cuando el niño es relegado en los intereses del padre, se refugia en la madre y se vuelve demasiado dependiente de ella. La principal función del padre es ayudar al hijo a sentirse seguro en el mundo más allá de los brazos de la madre, y para eso el pequeño debe sentir que es importante para papá. El vínculo con los hijos no es genético, es ético. Es el resultado de una decisión amorosa que hay que sostener día a día. Además, darles el primer lugar en nuestra vida nos hace a nosotros tan felices como a ellos.

7. Escuchar
Estar atentos a lo que dicen y no dicen y animarles a expresar lo que piensan y sienten es la forma de conocerles. Los niños tienen creencias y fantasías que sorprenden al adulto. Para enterarnos de lo que pasa por sus cabecitas hay que escucharles con atención. Escuchar es un acto de amor, cuando les prestamos atención se sienten importantes para nosotros. Además, les damos la posibilidad de escucharse a sí mismos, ser capaces de hablar para defenderse, dar una opinión, plantear lo que no entienden, resolver conflictos, contar sentimientos o emociones e inventar historias. Y si comparten con nosotros sus tribulaciones o temores, se quedan aliviados.

8. Educar con cariño
Disciplinarlos es una de forma de amarlos. Si les marcamos límites, si les negamos algo que nos piden pero no les conviene o nos oponemos a sus deseos porque no son razonables, será siempre por su bien, para ayudarles. No les educamos «para que no molesten a los mayores», sino para que sean felices y cabales.
Cuando les enseñamos a usar la cuchara, a ser responsables con los deberes del colegio o a no gritar dentro de casa, no lo hacemos para que no se ensucien o no nos den la lata, sino para ayudarles a desarrollarse como seres independientes. La disciplina adecuada une amor, razón y respeto por el niño. Si tenemos esas tres cosas, ya podremos enfadarnos sin miedo: sabremos corregirles sin agredirles y hacerlo solo cuando lo necesitan.

9. Contar cuentos
Contarles cuentos a los niños es igual a darles un «máster universitario infantil». Ellos necesitan los relatos para aprender a hilar situaciones, a comprender que primero pasa una cosa y luego otra y para entender el tiempo. No hay nada tan interesante y entretenido como escuchar las cosas que les pasan a los demás y ver cómo resuelven sus problemas desde el lugar más seguro del mundo: al lado de papá o mamá. Junto a él pueden identificarse con el protagonista, atravesar penalidades y triunfar sin sufrir un rasguño. Pero los cuentos no tienen solo un valor intelectual: la voz de papá o mamá les envuelve y les reconforta ahora igual que les arrullaban las nanas cuando eran bebés y les da ánimo para enfrentarse a los monstruos de la noche. Por eso les gusta tanto el cuento de antes de dormir.

10. Estar al tanto de “sus cosas”
Los «asuntos de chicos» son importantes, sobre todo si se trata de los hijos. Sean serios o banales, como tienen importancia para el niño, también tienen que tenerla para papá y mamá. Sin agobiarles ni atosigarles, hay que estar cerca de ellos para encauzar conductas, asistir a las reuniones del colegio, acompañarles al médico, estar al tanto de las notas, de qué hacen en el tiempo libre o cómo les va con los amigos. Aunque no existen recetas, hay una fórmula básica que consiste en acostumbrarles desde pequeños a que nos cuenten sus cosas, sin presiones y con respeto. Si estamos a su misma altura y podemos mirarles a los ojos, mejor.

Por: Carla Padín

Asedores: Pedro Molino, tutor de la Universidad de Padres online. Iluminada Sánchez, docente de la Asociación Escuela de Clínica Psicoanalítica con Niños y Adolescentes de Madrid.

 

martes, 12 de noviembre de 2013

CHARLA SOBRE PREVENCIÓN DE CONDUCTAS ADICTIVAS.


Organiza: Concejalía de Participación Ciudadana en colaboración con Proyecto Hombre.

Fechas: 21 de noviembre , a las 10h. (primera sesión de un total de cinco, una sesión cada semana). Duración: 1 hora.

Lugar: Centro Municipal de Participación Ciudadana "Carmen Conde" situada en la calle Miguel Hernández nº 24

Información de la charla:

Se informará a los padres de cómo prevenir y tratar conductas adictivas como son el alcoholismo, drogadicción, uso de internet etc.

Estas charlas son totalmente gratuitas y se impartirán de una forma dinámica en la que podrán exponer sus dudas y solicitar la información que necesiten.

Persona de contacto: José Moñino, Jefe de servicio de Inmigración y Participación ciudadana (965306645 – 689226168)

viernes, 8 de noviembre de 2013

Bienvenida

Estrenamos este nuevo blog del Colegio Diocesano Oratorio Festivo de San Miguel para todas las familias de nuestro colegio.

La intención de este blog es que sea una vía más, no sólo de comunicación, sino como fuente de información. Un lugar donde poder leer y compartir diferentes artículos, opiniones, comentarios, reseñas, vídeos, libros, etc. que nos ayuden a reflexionar sobre la educación de sus hijos y su importancia.
En este blog la Comisión de Familias del colegio, irá publicando periódicamente artículos y enlaces que consideremos sean de interés para las familias. Esperamos sus opiniones y comentarios a los artículos. También pueden proponernos artículos para su publicación en la siguiente dirección: ofsmpadres@gmail.com

Esperamos que este blog les sirva de ayuda.